Comienza el año y, con él, los premios literarios. El 27 de enero se dieron a conocer los ganadores del Premio Edebé de Literatura Infantil y Juvenil, que llega ya a su XXX edición. En esta ocasión, los afortunados han sido Mónica Rodríguez, con su novela Rey, y Pedro Ramos, por Un ewok en el jardín.
Las dos novelas presentan una dura y cruel realidad. Rey, por una parte, cuenta la historia de un niño que huye de una situación de maltrato y alcoholismo en su familia y es acogido por una manada de perros. En palabras de Roberto Santiago, miembro del jurado de la categoría infantil, es una «novela visual, un artefacto literario de primer orden» en la que «el fondo y la forma convergen».
Por otra parte, Un ewok en el jardín narra la historia de David, un chico que sufre depresión y está a punto de suicidarse. Está dividida en dos partes. En la primera podemos leer los correos electrónicos que le envía Zoe, su hermana. No vemos nunca las respuestas del chico, pero poco a poco iremos conociendo su historia. La segunda nos muestra el día en que David se dirigía hacia un puente para poner fin a su vida y cómo, en el camino, todo cambió.
El autor explica que sintió la necesidad de tratar este tema al descubrir que el suicidio es la causa principal de muerte no natural de los jóvenes, y quiso conocer las historias de aquellos que lo habían intentado. Afirma que no hay que esconder el suicidio, sino hablar de ello y dar herramientas para prevenirlo. A la hora de escribir la obra no se puso ningún límite, tan solo se metió en la cabeza del protagonista «y todo fue surgiendo sobre la marcha». Es una novela narrada en presente, que siempre va hacia delante y, en palabras de Óscar López, miembro del jurado de la categoría juvenil, es «valiente, arriesgada, absolutamente necesaria» y «muy musical, con mucha cadencia».
Los dos autores son ya habituales en el mundo de la LIJ. Mónica Rodríguez cuenta con una larga trayectoria: tiene publicados más de sesenta libros, de entre los que destacamos Biografía de un cuerpo y La partitura, que fueron ganadores de los Templis en 2018 y 2016, respectivamente. Por su parte, Pedro Ramos es escritor de novelas juveniles como Héroes, El coleccionista de besos o La playa de los cristales.
Las dos novelas ganadoras fueron escogidas de entre los 239 manuscritos que se presentaron (140 en la modalidad infantil y 99 en la juvenil) y se publicarán, en marzo de este año, en castellano, catalán, gallego y euskera, además de en braille y en formato audiolibro. El premio cuenta con una dotación económica de 55.000 € (25.000 € para la categoría infantil y 30.000 € para la juvenil).
Desde El Templo queremos felicitar a los ganadores y desearles muchos éxitos más.