Jacob creció creyendo en las historias de su abuelo, Abraham Portman. Historias de niños peculiares que podían volar, eran invisibles o tenían abejas en su interior, y que vivían en una gran mansión bajo el cuidado de Miss Peregrine. ¿Cómo no iba a creerle si tenía fotografías donde aparecían esos niños? Pero, con el paso del tiempo, la lógica se impuso y Jacob se dio cuenta de que los relatos no eran más que cuentos, y las fotografías, inteligentes montajes.
Todo cambia cuando Abraham aparece asesinado. Jacob empieza a sospechar que las historias de su abuelo eran ciertas y que algún tipo de criatura fantástica lo ha atacado, pero todo el mundo cree que ha sido algún animal salvaje. Y, cuando intenta investigar la muerte de su abuelo y encontrar pruebas de que los niños peculiares existieron, sus padres deciden llevarlo al psicólogo.
Con paciencia y un poco de suerte, Jacob logra averiguar dónde estaba la casa de Miss Peregrine y convence al psicólogo de que le vendrá bien visitar el lugar donde Abraham había pasado su infancia. Y así es como su padre y él ponen rumbo a la remota isla de Gales donde se ocultan los niños peculiares. Porque Miss Peregrine y los niños aún existen, y son tal y como su abuelo los había descrito.
La línea argumental de El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares es prácticamente igual en el libro que en la película. Al principio, casi se puede seguir el libro escena a escena, con algunos cambios para avanzar más deprisa; por ejemplo, Jacob no trabaja en Smart Aid ni se menciona que su familia tiene un gran imperio de supermercados. Hay muchas otras pequeñas diferencias, que no afectan a la trama pero llaman la atención, como que Olive y Emma tengan los poderes cambiados o que el padre de Jacob no sea tan inepto como en el libro.
A grandes rasgos, la única diferencia importante es que la película tiene un tono más infantil. Jacob parece más niño y los momentos de peligro se aligeran con mucho humor. Sin embargo, el libro es más young adult que middle grade, tanto por el tono del narrador como por lo siniestro que llega a ser. Quizá un libro juvenil protagonizado por niños fuera un producto demasiado confuso para Hollywood o quizá quisieran llegar a un público más amplio haciendo algo para toda la familia, pero lo cierto es que se pierde parte de la peculiaridad del libro… si nos permites el juego de palabras.
A pesar de todo, la esencia de El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares es la fascinación que provocan los niños peculiares, y eso lo logran tanto el libro como la película. Miss Peregrine mantiene a los niños en un refugio, una especie de país de las maravillas, que el espectador está deseando conocer.
Estamos ante uno de esos casos en los que es casi más importante cómo se cuenta la historia que el argumento en sí. Tim Burton deslumbra al espectador con la belleza de sus imágenes, y Ransom Riggs lo hace con el ingenio de sus palabras. Y, aunque se suele decir que una imagen vale más que mil palabras, en este caso nos quedamos con las 418 páginas de la novela. El libro destaca sobre otras historias de niños con poderes, mientras que la película es una combinación acertada de elementos que ya habíamos visto antes.
Dicho esto, hay que reconocer que Ransom Riggs ha tenido suerte en la lotería que es ver tu libro adaptado al cine. El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares es divertida, entretenida y una forma más de disfrutar del maravilloso universo de los niños peculiares.